En estos tiempo, donde cualquiera puede tomar una fotografía
y mediante internet creemos estar al tanto de todo lo que ocurre en cada rincón
del mundo, también nos distrae de los conflictos y problemas más serios de
nuestro planeta. Ya no llegan las mismas imágenes sin adulterar de lo que de
verdad ocurre en países en guerra, o la más que precaria situación en la que
viven cientos de países por debajo del nivel mínimo de pobreza.
Años atrás, estaba mucho más extendido el reportero gráfico
de guerra, el cual no se veía influenciado (o al menos en menor medida) por
ideales o negocios, sólo se encargaba de coger su cámara e introducirse donde a
la mayoría de las personas del "primer mundo" ni siquiera puede
llegar a imaginar, nada más que con el fin de intentar crear conciencia e
intentar poner solución mediante todos nosotros. Ésta era la labor de por
ejemplo el colectivo "Bang-bang Club", un grupo de fotógrafos que se caracterizaba
por sumergirse en los sitios más conflictivos para mostrar las imágenes reales
de lo que ocurría. João Silva, uno de los integrantes de este grupo, perdió sus
piernas mientras cubría un reportaje al explosionar una mina, otros incluso,
como Ken Oosterbroek moría tiroteado con su cámara en mano junto a sus
compañeros. Ponían su integridad física en juego.
João Silva.
Ken Oosterbroek.
Muchas fotografías son premiadas, y es por esto quizá por lo
que se abre el debate de si los reporteros de guerra son carroñeros o si de
verdad buscan concienciar al mundo. Bien es cierto que necesitan masacres o
grandes problemas que llamen la atención, cuanto mayor sea el conflicto mayor
impacto creará en el espectador. Pero el fotógrafo es un mero informador, por
muy cruel que parezca, él solo no puede salvar la vida de la gente con la que
se tope su cámara, no dispondría de medios suficientes, para ello existen
cientos de organizaciones que sí se dedican expresamente a ayudar a estas
personas y gracias al trabajo del reportero, estas organizaciones cuentan con
trabajadores y voluntarios en sus filas a la vez que donaciones.
Lo que sí es cierto, es que siempre será más fácil culpar a
alguien que autocriticarse. Buscar la manera de culpar al fotógrafo en vez de
evaluarse a sí mismo e intentar poner remedio. En muchas ocasiones, los
reporteros se ven afectados por numerosas críticas que se ven aumentadas por
medios de comunicación con el fin de desprestigiar a dichos fotógrafos y así
beneficiarse ellos. Kevin Carter, conocido reportero gráfico, terminó con su
vida cansado de críticas, muchas de ellas por su reconocida y premiada fotografía
y por su estilo de vida.
Kevin Carter.
Nadie critica lo que le favorece, pero si capturas momentos
en los que repercutirá en las emociones del espectador, muchas veces serás
criticado. James Natchwey, al igual que tantos otros, es criticado por la
dureza y cercanía de sus capturas a personas y lugares que la mayoría de las
personas evitan conocer su situación.
James Natchwey.
Como conclusión diré que a pesar de la pérdida de este
estilo fotográfico, de que creamos que estamos preparados para ver todo tipo de
imágenes y pensemos que estamos al tanto de todo, detrás de todos los medios de
comunicación se esconde lo que ocurre de verdad en países más alejados de
nosotros, donde la vida vale muy poco, y lo poco que se sabe es de personas
como ellos, fotógrafos que ponen su vida en juego para hacer eco en la
sociedad.
Friedrich Nietzsche.
"La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí
mismo."
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